Una nota menos en el pentagrama musical
Pedro Manuel Muñoz Martínez “PEPE”
Ya no se escuchará el tradicional grito
“Otra Pepe…” en cada procesión de la
Semana Santa guatireña
Ilustre músico guatireño nacido el 15 de junio de 1927. hijo
de Doña Elena Muñoz y Don José Martínez. Maestro de Maestros, fue además un
exquisito violinista y un prolífico cantautor. Su creatividad estuvo orientada
fundamentalmente, a la producción de música popular, dedicada especialmente a
la canción nativa y tradicional. Es, si se quiere, la continuación de la obra
del Maestro Régulo Rico y músicos como Julián Tovar y Antonio Machado.
Pepe, como todos lo llamaban fue un cultor de guasas,
valses, aguinaldos, bambucos, merengues. Dentro de ese género musical surgió su
gran creación "VALLES DE SANTA CRUZ", que ha trascendido los linderos
del terruño; el cual fue su viva inspiración. El compositor evoca el suelo que
lo vio nacer, con sus verdes cañamelares, sus lindas mujeres y lo hace con
frases verdaderamente poéticas.
En 1946 participó del "boom" que representó la
música bailable cubana en nuestro país. Ese año compuso dos boleros:
"Tardanza" y "Mujer de mi Ensueño". Posteriormente, en los
años sesenta, surgieron "Destino" y "Celos".
Cultivó géneros de la "MUSICA ACADEMICA", sin
descuidar lo popular. creó arreglos para coros mixtos. Es el caso de la
"Misa Criolla guatireña". Recrea armonía, giros melódicos, ritmos del
folklore musical local y nacional: "Introito", "Parranda",
“Giro de San Pedro”; "Gloria", "Tonada de San Juan",
"Sanctus", "Ofertorio" Y” Agnus" y recientemente
“Meditación”, cantada únicamente en la historia por el Orfeón “Régulo Rico”,
del cual formó parte.
Durante sus estudios en el "INCIBA" realizó dos
composiciones: "El Currubilí", guasa, y "La Danza del
Sapo", ronda. La primera para el estudio del timbre; la segunda, para la
comprensión de los estudios "anacrúsicos”.
Es fundador y director de la Escuela de Música "Enrique
León", adscrita al Centro de Educación Artística "Andrés Eloy Blanco".
Fue fundador del Quinteto "Becuadro", de especial y brillante
trayectoria. Al momento de su partida se desempeñaba como Director de la
Estudiantina "Teófilo León' del CEA. Es coautor (música) del Himno del
Municipio Zamora, junto al poeta Rafael Borges (letra). Es, así mismo, coautor
(música) del Himno del "CEA." junto al profesor Luis Martus, autor de
la letra.
Muchas fueron sus andanzas en el mundo musical. El don de
colaborador y espontánea participación en la fundación de diversas agrupaciones
entre las que se destaca la Coral Víctor Sosa de Caucagua, lo hacen distinguir
como un hombre ejemplar que se entregó por entero a la enseñanza del pentagrama
que hoy llora notas musicales, y que con humildad recibió los más importantes
galardones y reconocimientos no sólo de estado Miranda sino a nivel nacional
también.
Su vida se inicia en 1927. Decía “nací en un pueblo lleno de
amor al lado de mis padres que me dieron todo el amor y el cariño, suficientes
para crecer lleno de fe y soñar para mejorar el gentilicio de mi patria chica”.
Muchos fueron los momentos en que narraba su historia de
niño: “… a los pocos días de nacido fui atacado por la tosferina cuando vivía
en la Hacienda Auyare y tuvieron que bautizarme de emergencia…” y lleno de
orgullo continuaba narrando “… mi padrino era Angel María Daló y mi madrina
Inocencia Delgado…”. Eso se lo contaron sus padres ya que estaba muy pequeño,
luego vivió en la Hacienda Santa Rosa, después en la Hacienda Vega Abajo,
siempre rodeado de los cañamelares, gracias a que su padre era contratado como
encargado de campo; seguramente se ese hermoso ambiente nace su creatividad
poética para la composición.
Las primeras letras se las enseñó Lourdes Hernández,
recibiendo además de la enseñanza ciertos castigos por las tremenduras de
muchacho. Siguió creciendo hasta que comenzó a asistir a la Escuela Federal
Graduada Narvarte de Guatire. Un poco más grande se dio cuenta de su
inclinación por la música, soñando ser un gran compositor, y aprendió a tocar
cuatro siendo su primer instrumento fabricado por padre con camaza, gracias a
Pedro Alvarez (Peruchito) que lo enseñó.
De vuelta a la Hacienda Santa Rosa, supo lo que era coger
café, cortar leña, así como disfrutar de la naturaleza, aspirar el aire puro de
la montaña. Decía el maestro Pepe: “… cuando murió mi mamá, comenzó otra etapa
en mi vida, tuve que trabajar mucho para sostener mi casa porque mi padre ya
estaba muy agotado por los años vividos… nunca me dejé vencer por los
inconvenientes por muy difícil que fueran…”
Agregaba en sus cuentos: “…yo era muy cotizado en el
comercio, los dueños siempre buscaban mis servicios como empleado…Expresaba con
satisfacción el trato recibido por sus jefes entre los que figuran Emilio
Figueroa, Alciro García, Higinio Cabeza, Antonio Rebanales, aprendiendo con
este última el oficio de panadero.
El 5 de mayo de 1945 recibió su primera clase de música con
el maestro Régulo Rico: por contar con una excelente voz de barítono, el
maestro Rico lo formaba como vocalista; decía Pepe: “ese tiempo era la
universidad de mi vida, aprendí todo lo necesario en esa época”.
Ingresó a la Estudiantina Santa Cecilia, fundada por su
maestro, ejecutando el segundo violín, su instrumento oficial, haciendo
paralelamente la voz de barítono. El 16 de marzo estrenó en Araira su primera
composición, un marcial religioso, siendo objeto de felicitación por parte de
los maestros benito Canónico y Federico William, sirviendo de estímulo a
continuar con sus estudios.
En 1949 se fue a trabajar a Caracas, buscando nuevos
horizontes y mayores ingresos. Se empleó en Chicles Adams, sin dejar sus
estudios musicales. Para los años 50, ya había fundado la Escuela de Música
Henrique León y el prof. Francisco Mujica ya ensayaba con sus alumnos la
formación de un coro. Estas dos actividades daban vida al Guatire musical que
es hoy en día. Los alumnos del Prof. Mujica pasan al Liceo Dr. Ramón Alfonzo
Blanco, y se funda el Orfeón Régulo Rico simultáneamente con el Centro de
Educación Artística “Andrés Eloy Blanco”, pasado un tiempo se ofrecen ayuda
mutuamente. El maestro se incorpora al Orfeón y luego fortalecen al CEA, con el
traslado de la Escuela de Música; pensaron que de seguir separados ninguna de
las dos organizaciones perdurarían. En muchas ocasiones les escuché decir a ambos
maestros en conversaciones de recuerdos cuando se unieron: “…Yo tengo la
pedagogía como maestro tiene, y tu tienes justamente los conocimientos
musicales que necesitamos…” así llegaron a ser inseparables compadres Pepe y
Mujica y el CEA siguió creciendo y avanzando.
El 24 de noviembre pasado, en el homenaje que se le realizó
en el CEA, disfrutó como nunca momentos especiales, sobre todo cuando la
Orquesta Típica Nacional, interpretó por primera Valles de Santa Cruz,
considerado el segundo himno del Municipio Zamora; en esa ocasión expresó:
”creo que soy inmerecedor de este acto, no he hecho todo lo que he debido, me
faltan muchas por cumplir”, con esa humildad, Pepe se despidió de sus seres
queridos, sin saber que partiría un mes después, falleció en su casa en la
madrugada del 23 de diciembre, está siendo velado con todos los honores en el
Auditorio del CEA; los actos del sepelio se iniciarán hoy a partir de las 7:00
de la mañana, con cantos, bailes sanpedreños y su música sacra. Para luego
darle sepultura a las 10:00 am, en el Cementerio Jardines El Cercado.
Al maestro Pedro Muñoz, lo recordaremos como el amigo de
todos. Su sencillez, cordial conversación y la nobleza de su conducta, hará que
lo tengamos en un lugar privilegiado de nuestros corazones.
Miguel Alciro Berroterán
Coordinador General del CEA —

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