Hoy parece que todo el mundo está de acuerdo en que no existe un análisis que "agote" el significado de la obra musical, que sea el único válido. Cada perspectiva analítica contribuye a enriquecer la comprensión de la música.
Lo que no podemos admitir es la imposibilidad de acceder a un conocimiento válido de la obra musical, la negación de un cierto estatus autónomo de la música como objeto, lo que anularía totalmente cualquier esfuerzo de explicación, análisis e interpretación, que constituyen la base tanto de la enseñanza como de la investigación. En este sentido, estamos de acuerdo con la apreciación de Treitler: debemos aceptar el estatus autónomo provisional de la obra musical. Si no lo hacemos, nuestro acercamiento a la música nunca podrá ser analítico, ya que el análisis, según la definición que hemos apuntado más arriba, es el examen detallado que se hace de una obra, un escrito o cualquier realidad susceptible de estudio intelectual, así como el resultado de ese examen. Es decir, se trata de una práctica que presupone una realidad susceptible de ser examinada y explicada. Esa realidad no es, o no debería serlo, la partitura o cualquier otra representación gráfica de la música (por ejemplo, un sonograma o un espectrograma), que no es más que una forma simbólica de representación del proceso sonoro.). La indagación sobre la semántica del signo musical ha propiciado una gran cantidad de teorías, muchas de las cuales se mueven en un compromiso entre el formalismo y la hermenéutica. Ya hemos hecho referencia a este compromiso en los ensayos de Agawu (1991) o Ferrara (1991). Pero en ambos casos sus autores deben conciliar los procedimientos formalistas de carácter "sintáctico" con los métodos de la historia, la teoría o la filosofía fenomenológica, más ligados a la hermenéutica. Aunque una simple descripción verbal de la experiencia musical pueda ser un punto de partida práctico para un análisis, si se pretende que el análisis sea algo más que una "mera descripción" es necesario recurrir a teorías explicativas e interpretativas.
En una época dominada por el relativismo y el contexto, el tipo de aproximación hermenéutica de los estudios de la new musicology y el new criticism puede provocar la disolución del análisis musical en un ejercicio narrativo o interpretativo, como un nuevo tipo de performance.....
La hermenéutica para comprender una obra musical....
ResponderEliminarLa música comienza con la historia del hombre, porque el hombre ha organizado sonidos en el tiempo más o menos intencionalmente.
Si nos preguntáramos ¿por qué escuchamos música?,¿para qué escuchamos música?, la respuesta no sería fácil. Para Fredrich Nietzche “Sin música, la vida sería un error”.
Ciertamente la música está en todos lados, las escuelas, los consultorios, las iglesias, los hogares, los ascensores, los autos, los bancos, los supermercados, etc., pero ¿Por qué? Para esto sería necesario hacer un análisis de las obras musicales y los efectos que producen en nuestro organismo.
La música está ligada completamente al cerebro y al sistema nervioso central, es por eso que la música es un fenómeno complejo y extremadamente difícil de definir y de describir. Pone al hombre en contacto con fenómenos extraordinarios, que ni la experiencia humana convencional, ni la ciencia han podido explicar. Alguna vez le preguntaron al gran músico jazzista Louis Amstrong que definiera la música de jazz, a lo cual respondió: “si usted tiene que preguntar nunca podrá saberlo”.
CIERTAMENTE, PUEDE CAMBIAR NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO, SU INFLUENCIA ES MILAGROSA, YA QUE A TRAVÉS DE LA MÚSICA PODEMOS CURARNOS EL ALMA, SI EL ALMA ESTA SANA, ENTONCESNUESTRO CUERPO TAMBIEN LO ESTARÁ!
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