jueves, 5 de enero de 2017


Reflexión
“La escuela que tengo”
Según Lucía Díaz Ortiz. Titulada en Magisterio “El aprendizaje ha sido siempre un proceso duro y difícil, tanto para el maestro/a como para el alumno/a, pero antiguamente no se disponía de la cantidad de materiales e ideas que hoy día poseemos nosotros”
Antes, la educación se basaba en la transmisión de conocimientos de forma natural y simple, y hoy en día, poseemos unas técnicas y unas estrategias que hacen que esa transmisión sea placentera para el maestro/a e interesante para el alumnado, favoreciendo una participación activa e incluso el aprendizaje por sí mismo y de forma autónoma, con lo que la mera transmisión de los conocimientos pasa a ser actualmente un proceso satisfactorio de aprendizaje motivador.
Aun así, no siempre el proceso de enseñanza-aprendizaje resulta placentero y motivador, sino que en algunas ocasiones el alumnado puede llegar a ver el aprendizaje como algo “aburrido”, que le obligan a hacer. Esto puede ser debido a un escaso interés del niño/a por obtener determinados conocimientos relativos a la materia, por una escasa motivación del maestro/a en la escuela durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, por el insuficiente uso de los recursos educativos, como instrumentos musicales, cintas de audio, etc.…, por el carácter monótono en el proceso de enseñanza de algunos docentes o por el ambiente familiar en el que el alumno/a se desenvuelve, un factor muy importante en la vida y en el progresivo desarrollo del niño. Poco a poco, se están introduciendo en las aulas más recursos motivadores que favorecen el aprendizaje del alumnado, despertando su interés y ofreciéndoles así un aprendizaje más significativo que conecta cada vez más con su realidad social y con su vida personal.  La música es un recurso atractivo que puede favorecer el aprendizaje debido a la importancia que tiene hoy día en nuestras vidas, y por ello es conveniente trabajarla desde todas sus dimensiones, ya que no sólo se debe limitar al estudio musical en sí mismo, en su hora correspondiente, sino también es conveniente favorecer un acercamiento y disfrute al proceso musical, que puede estar globalizado en los demás aprendizajes de las diferentes áreas, que se produzcan en el aula.
Según Shinichi Suzuki (violinista, educador y filósofo) la habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede ser desarrollada. “Cualquier niño a quien se entrene correctamente puede desarrollar una habilidad musical, de igual modo que todos los niños desarrollan la capacidad de hablar su lengua materna”.
Por ello, desde la educación infantil es adecuado que el niño esté en continuo contacto con la música, para que pueda desarrollar aspectos musicales con la misma fluidez que se expresa verbalmente y para inculcar en sus vidas un progreso musical que, con el paso del tiempo, llegará a potenciarse en mayor o menor medida.
En lo personal, yo Silvia Vaamonde, 2017 por experiencia: :” Es de suma importancia que el estudiante reciba de su docente cariño, apoyo e incluso que se identifique y se cree un apego que permita que el docente  despierte el cariño en su estudiante, sin que el Docente pretenda interferir en las  opiniones personales del niño, inmiscuirse en sus ideas, siempre con respeto y comprensión, ya que en ocasiones el estudiante al no encontrar cierta “comprensión” en el hogar busque de forma directa una persona que pueda escucharlo, orientarlo y darle en ocasiones ese cariño sustituto que no logra encontrar”. Es por ello que muchas veces servimos de “mediadores “permitiendo que se abra una comunicación comprensiva entre los padres y/o representantes…Conocer donde vive, como es su entorno, amistades; logrando de esta manera ser docente orientador entre el estudiante y el estudio.
Según Martí, “La educación tiene como objetivo formar Hombres vivos, directos, independientes, y amantes” eso han de hacer las escuela, pero de una manera científica. La educación tiene que ser: natural, científica, integral, desarrolladora, para la vida y con un elevado sentido práctico. Esto son los principios que rigen la educación concebida científicamente. Martí no situó al hombre de manera pasiva ante la naturaleza y la sociedad, sino que este tiene que asumir una posición activa y protagónica en el proceso de su propio aprendizaje. Otro principio de la pedagogía martiana es la enseñanza "por la vida y para la vida" y su carácter práctico. Por eso expresó: "Puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida. En la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con las que la vida se ha de luchar"

Silvia Vaamonde